Nuestros Colegios Mano Amiga atienden a un total de 1770 familias, muchas de ellas en situación de alta vulnerabilidad social. En esta realidad, los profesores han tenido un rol que trasciende a la continuidad formativa a distancia para llevar, en muchas oportunidades, apoyo físico y emocional a sus alumnos.
En esta nota, el director de Santa Teresita de Jesús (La Pincoya) nos comparte con orgullo su testimonio que da cuenta del gran compromiso y profunda vocación de servicio de sus equipos docentes.
Claudio Delón, director Colegio Santa Teresa de los Andes, Particular Subvencionado de la Fundación Mano Amiga. Ubicado en la población La Pincoya, sector de alta vulnerabilidad social (índice superior al 90%).
“En un principio nos propusimos llegar a nuestros apoderados, a pesar de la distancia, de la manera más rápida y eficiente, usando un canal o medio al que todos pudieran acceder como el whatsapp. En el tiempo nos dimos cuenta que podíamos ir un paso más allá y montamos un sistema de educación on line a través de plataformas tecnológicas. Sin embargo, al desafío impuesto por la continuidad formativa a distancia se sumaban otras variables externas: las dificultades sociales y económicas.
Vimos que había dificultades por falta de dispositivos electrónicos y conexión a Internet, pocas familias podían acceder a un plan. Con el respaldo de la Fundación, haciendo campañas para conseguir equipos, un gran esfuerzo del colegio y el compromiso de los profesores, al día de hoy hemos logrado tener un 80% de nuestros alumnos conectados.
Esta emergencia ha resaltado más allá de las competencias profesionales de los equipos docentes, su valor humano. Han tenido que alfabetizar digitalmente tanto a los alumnos como apoderados. Muchos jamás habían trabajado con dispositivos tecnológicos. Los profesores se convirtieron en la segunda línea para enfrentar la emergencia sanitaria. Este escenario actual nos ha demostrado una realidad más cruda de la que pensábamos, nos hace replantearnos para poder seguir trabajando en virtud de entregar mejores condiciones.
La relevancia es tremenda, en términos de contención, acompañamiento, trabajo en equipo. El compromiso por sus alumnos y familias, es realmente admirable. Supera la formación académica, para entregar apoyo físico, emocional, espiritual: repartir alimentos, involucrarse en ollas comunes, acompañar ante el fallecimiento de un abuelito, porque esa es la realidad. Estar en primera línea…”.