«El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente. Por esa razón elegí el lema Peregrinos de la Esperanza» — Papa Francisco.
Un año jubilar es una oportunidad espiritual que la Iglesia celebra cada 25 años, brindando a los fieles la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria y renovar su compromiso con el amor y la misericordia. La palabra «jubileo» proviene del latín «iubilare», que significa expresar o gritar de alegría.
Este 2025, el Papa Francisco nos invita a cruzar las puertas santas como símbolo de un nuevo comienzo en nuestra vida de fe, respondiendo al llamado a la conversión y al compromiso con el amor y la misericordia.
Invitación especial:
La apertura solemne del Jubileo de la Esperanza se celebrará este 29 de diciembre con una misa presidida por Monseñor Fernando Chomalí. La jornada comenzará a las 17:00 hrs. con una peregrinación desde la Parroquia San Francisco de la Alameda hacia la Catedral Metropolitana, donde se celebrará la Eucaristía a las 18:00 hrs.
¡Vamos juntos! Este es un momento especial para unirnos como familia Regnum Christi y responder al llamado de la Iglesia a vivir con esperanza.
Que este Jubileo sea un tiempo de profunda renovación para todas nuestras comunidades educativas, donde podamos vivir con esperanza renovada y convertirnos en portadores de paz y reconciliación.
Logo del Jubileo
El logo representa cuatro figuras estilizadas que indican la humanidad proveniente desde los cuatro rincones de la tierra. Abrazadas entre ellas, indican la solidaridad y la fraternidad que une a los pueblos. La primera figura está aferrada a la cruz. Es el signo no solo de la fe que abraza, sino también de la esperanza que nunca puede ser abandonada, porque necesitamos siempre de ella, sobre todo en los momentos de mayor necesidad. Es útil observar las olas que la rodean y que están en movimiento, porque muestran que la peregrinación de la vida no siempre pasa por aguas tranquilas. Muchas veces las experiencias personales y los eventos del mundo exigen con mayor intensidad el llamado a la esperanza. Es por esto que se debe subrayar la parte inferior de la cruz que se alarga transformándose en un ancla y que se impone sobre el movimiento de las olas. Bien sabemos que el ancla ha sido usada como metáfora de la esperanza. De hecho, el ancla de la esperanza es el nombre que en la jerga marina se da al ancla de reserva usada por las embarcaciones para hacer maniobras de emergencia que permitan estabilizar la barca durante las tormentas. No se olvide el hecho de que la imagen muestra cómo el camino del peregrino no es un hecho individual, sino comunitario con la impronta de un dinamismo en crecimiento que tiende cada vez más hacia la cruz. La cruz no es estática, sino dinámica y se curva hacia la humanidad, saliendo a su encuentro y no dejándola sola, ofreciendo la certeza de la presencia y la seguridad de la esperanza. Se destaca, finalmente, con color verde el lema del jubileo 2025: Peregrinantes in Spem.
