Esta Semana Santa, como familia Regnum Christi, salimos juntos a misionar con el corazón lleno de esperanza y el alma dispuesta a servir. Fueron más de 1.800 misioneros en total, de Chile y Argentina, quienes llevaron la Palabra de Dios a comunidades que los necesitaban profundamente.
Desde niños hasta profesores, pasando por jóvenes, matrimonios, exalumnos, consagradas y sacerdotes, todos se unieron en una misma misión: ser luz donde más se necesita, compartir el amor de Cristo, entregar un mensaje de esperanza y vivir una Semana Santa en comunidad, oración y entrega.
En Chile, las misiones se desplegaron con fuerza a lo largo del país, cubriendo localidades como Olmué, Curacaví, Melipilla, San Vicente de Tagua Tagua, Santa María, San Felipe, Maipo, entre otras. Participaron grupos de Familia Misionera, Juventud Misionera, Fuego y Juventud, Color Misión, JUV San Isidro, y otros apostolados ligados al RC. Sólo en Chile, más de 1.500 misioneros dijeron “sí” a esta convocatoria apostólica.
En Argentina, también se vivió una fuerte movilización misionera en varias provincias, en los barrios San José, La Montaña, San Agustín e Islas Malvinas de San Lorenzo, continuando así el testimonio de una Iglesia viva y en salida, como nos pide el Papa Francisco.
En cada casa visitada, en cada abrazo compartido, en cada oración rezada, Cristo se hizo presente.
Esta Semana Santa fue también un llamado a seguir formando apóstoles: a construir una cultura del encuentro, a vivir en comunidad, y a recordar que el mundo necesita más corazones misioneros como el de cada uno de quienes salieron al encuentro.
¡Gracias a todos los que dijeron sí a la misión!
